Macarons

 

El macaron que se conoce hoy en día es el macaron Gerbert, creado en los años 1880 en el barrio parisino de Beleville. A continuación, se dio a conocer al público gracias a dos establecimientos del Barrio Latino de París: el salón de té Pons, que ahora ya no existe, y la famosa casa Ladurée , que les daba diferentes tonalidades para diferenciarlos en función de su sabor. (Fuente)

El 20 de marzo fue el ‘Día de los Macarons’ (sí, ¡existe un día para todo!) y Gadgets de Cuina ofreció otra clase demostrativa. La verdad es que nunca había probado los macarons y el pedacito que probé ayer estaba delicioso. Aunque su fama se debe a los franceses, parece ser que el verdadero origen de este pastelito es Italiano. Se dice que procede de Venecia y que ‘maccherone’ era una ‘pasta fina’ que nació allí. Orígenes aparte, ¡están deliciosos!

Dejo la receta por aquí…espero hacerlos pronto y compartir la experiencia 🙂

Ingredientes

3 claras de huevo pasteurizadas  Esta cantidad de claras equivale a unos 50-75 gr.

30 gr azúcar

200 azúcar glas

125 gr harina de almendra

Colorantes en pasta

1) Se trituran bien en una picadora la almendra i el azúcar glas. Debe quedar muy muy fino, para que no existan grumos. Después deberá tamizarse también (esto es muy importante).

2) Montar las claras con el azúcar (Si se usan claras de huevo ‘normales’ deben guardarse en la nevera un mínimo de 3 días antes de usarlas, para ‘envejecerlas’ y evita que la clara sea firma ya que esto puede encoger los macarons). Asimismo, las claras montan mejor si están a temperatura ambiente. Se montan primero con una parte del azúcar y cuando están a medio montar, se añade el resto del azúcar aumentando la velocidad. Cuando las claras, al dar la vuelta del recipiente donde se hayan trabajo, no se caigan, estarán listas.

3) Ahora llega quizá la parte más importante: la mezcla de la almendra con el merengue realizado. Poco a poco, no de golpe removemos con una espátula de silicona y con movimientos envolventes de abajo hacia arriba para que coja aire ( a esto en francés es a lo que se llama ‘macaronner’). No debe quedarse nada pegado en las paredes ya que si no el macaron se agrietará. Cuando la mezcla esté bien mezclada, se va añadiendo el resto. De vez en cuando hay que extender la masa por las paredes del recipiente para asegurarnos de que no queden grumos.

4) Dividimos la masa y teñimos con colorante en pasta (no líquido). En este momento también se puede añadir aroma (concentrados, vainilla)…pero poco para que no diluya demasiado el sabor a almendra.

(Nota: Si se quieren hacer de chocolate, restar los gramos de chocolate a la almendra inicial añadida y tamizarlo también en los pasos previos)

5) Con una manga pastelera (quitándole previamente el aire) y sosteniéndola verticalmente, vamos rellenando el molde de macarons, no llenando la circunferencia entera (dejando espacio porque en el horno se expandirán un poquito). Damos unos golpecitos a la plancha para que se extienda la masa y se eliminen los picos realizados con la manga.

6) Por último, los dejamos en la nevera entre 30-45 minutos para lograr el efecto ‘faldón’ tan característico de los macarons y su textura brillante.

7) Con el horno precalentado a 155+C, calor arriba y abajo y ventilador los ponemos entre 12-14 minutos.

Dejamos enfriar bien al sacarlos del horno antes de desmoldarlos y ¡ya tenemos macarons! En caja metálica duran hasta 2 meses.  Podemos rellenarlos con ganache de chocolate (200 gr chocolate, 200 gr nata del 35%), añadirle pasta de frutas o hacer una crema pastelera combinada con avellanas, pistachos o café soluble. ¡Buenísimos!